Así vivo mi ciudad

Eduardo, Claudia y Eli nos platican de tiendas, cafés, comedores, y cómo vivir la Juárez

Así vivo mi ciudad

“La Juárez es de las colonias que más me gustan, definitivamente en los últimos años ha revivido de forma muy interesante. Hay conceptos muy padres que se han creado: teatros, restaurantes muy buenos, hay diseño, arte y estamos junto a Reforma, Insurgentes y Chapultepec, lo cual la hace una de las zonas más céntricas y accesibles. Por años fue olvidada, ahora se está reactivando de una forma nueva y diferente. Con una arquitectura muy de principios del siglo pasado, te puedes encontrar casas como ésta que es completamente porfiriana, son una joya. Poder rescatarlas y hacer conceptos nuevos y diferentes es increíble”. Quien habla es Eduardo Dubost y la casa a la que hace referencia es uno de los proyectos pioneros en inyectarle vida nueva a la Juárez: Casa Caballería.

“Es como una isla en la que puedes caminar y perderte”.

“Me dedico desde hace siete años a desarrollar conceptos y marcas de diseño mexicano. Casa Caballería está enfocada totalmente a hombres. Puedes encontrar ropa, zapatos, accesorios y lentes; es para todos los que están buscando algo diferente. Vendemos marcas mexicanas y latinoamericanas. Los zapatos son de nuestra propia marca: Caballería; hechos en León, Guanajuato, de la mejor calidad, dignos de exportación. Es un proyecto que se está desarrollando, empezamos con calzado y vamos a hacer joyería y ropa. La idea es que sea una marca de lujo para hombres que nace en la Juárez y se vuelva internacional. En unos años que Caballería esté en Nueva York, Berlín, Londres, qué orgullo saber que nació aquí”.

El cariño que siente Eduardo por esta colonia es notorio en múltiples aspectos: desde otros proyectos con los que busca reactivar a la Juárez como Barbería Capital y el restaurante Cancino, hasta la manera en la que vive la colonia y habla de sus calles: “se diseñó hace más de 100 años, su cuadrícula es clásica, su división la hace muy interesante, porque no hay avenidas grandes que sean conflictivas dentro de la colonia, más bien la rodean; es como una isla en la que puedes caminar y perderte”.

“Yo recomiendo que arranquen el día en la Juárez a las 8 de la mañana, vayan a tomar un café a Café NIN, donde se come muy bien. Después pueden caminar por toda la colonia, se pueden ir por Marsella hasta Bucareli, topándose en el camino con más cafés, más tiendas y galerías de arte. En la calle Milán encontrarán un mercado que se llama Milán 44, hay tiendas y restaurantes en un edificio que se rescató. A la vuelta hay dos teatros importantes: El Teatro Milán y el Foro Lucerna; pueden subir otra vez por Londres y ahí se toparán con tiendas de bicicletas, de zapatos…hay una tienda que está sobre Marsella llamada Utilitario Mexicano, está pensada para comprar todos los objetos mexicanos cotidianos: desde un abrelatas hasta una cubeta; la forma en que está hecha la tienda y cómo exhiben el producto es muy interesante”.

La recomendación de Eduardo coincide con la de Claudia Padilla: “Aquí en la Juárez yo les recomiendo desayunar en el Café NIN, que antes era la panadería Rosetta; trás la cocina sigue estando Elena Reygadas, una de las mejores chefs del país: muy creativa, enfocada en productos nacionales, con comerciantes pequeñitos que están ofreciendo cosas de muy buena calidad y una cultura justa. Por otro lado está Havre 77, al frente de este restaurante están Gaby y Lalo, quienes son los mismos de Maximo Bistrot; ambos son personas muy creativas, trabajadoras, que han levantado la colonia y tienen una propuesta muy interesante.

El edificio que hospeda a Havre 77 es obra de Reurbano, un despacho de arquitectura que en palabras de Claudia: “fueron los primeros en fijarse en la Juárez. Empezaron con diferentes casas en la zona y gracias a ellos se está desarrollando y desenvolviendo todo este tema cultural. Lo que han hecho es restaurarla sin cambiar su esencia y creo que eso es muy importante”.

Claudia también tiene bastantes motivos para conocer y querer bien a la Juárez: al igual que todos los lugares que menciona han ayudado a levantar la colonia, ella hace lo propio desde Sioux, concept store que fundó hace 5 años: “es una tienda pensada para una mujer sencilla, moderna, muy atrevida. Aquí encuentras marcas que no hay en ningún otro lado”.

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“Me gusta que la Juárez sigue siendo una colonia muy de barrio”.

La curaduría de las prendas y las marcas la realiza Claudia misma: cada año viaja a París a seleccionar lo que sus clientas encontrarán aquí. Y agrega: “es una tienda pequeñita pero de atención personalizada, donde yo estoy aquí y te ayudo a escoger una prenda especial, una pieza que puedas usar de muchas maneras, estilizarla de diferentes formas, una prenda muy querida para tu closet”.

Sioux se mudó hace 4 años a la colonia Juárez: “en ese momento estaba en una situación emergente y me gustaba que tuviera esa parte en la que solamente si te interesa el concepto puedes llegar a él. Me gusta que la Juárez sigue siendo una colonia muy de barrio, que la gente te ubica porque vives aquí y te saluda. Conoces a los del mercado, al de la cafetería, al que barre las calles. También me gusta la propuesta culinaria, artística y cultural que se está dando. Esta mezcla creo que es perfecta para un lugar como Sioux”.

“Te aportan algo de manera personal, como alimento para el alma”.

La cultura de barrio es algo que se ha ido gestando poco a poco en esta zona y que desde distintos frentes trabajan; como la labor que Eli Shalem hace desde la Escuela Bancaria y Comercial (EBC): “trabajo en la coordinación de responsabilidad social. Estamos impulsando un proyecto que se llama Nuestro Barrio en la Juárez, que tiene como objetivo posicionar una parte de la colonia como un corredor universitario”.

Para Eli, la Juárez “tiene de todo: una gran oferta gastronómica, también de educación, de arquitectura… tiene unos edificios antiguos muy bonitos que van desde la época porfiriana, con historia y esta parte de barrio en la que te encuentras personajes que diario hacen más ameno tu caminar por las calles y que te aportan algo de manera personal, como alimento para el alma”.

“Hay varios restaurantes en la zona, en la esquina está Azúcar y Sal, que puedes ir por el pan ahí. También están el Museo del Chocolate, el de Cera, el de Ripley, el Teatro Milán, Foro 37 y la Plaza Washington, con una oferta gastronómica bastante amplia; en fin, tienes de todo: teatro, cultura, cosas de ocio e incluso galerías de arte”.

Pero cuando llegó el momento de elegir un lugar en específico, Eli escogió el Comedor Lucerna: “Creo que ya he pasado por cada uno de los restaurantes de aquí. Todos son buenos, pero en sí lo que más te llevas es la esencia, siempre hay un ambiente muy agradable, te desestresas. De la puerta para adentro te olvidas de las juntas, de lo que tengas que hacer y sales relajado, con otra mentalidad. Lo que aportan todos juntos es el ambiente”.

El sentido de comunidad de la Juárez sería una última caracte- rística que destacaríamos de la zona: “Me gustaría invitar a la gente a que regrese porque es una colonia que está aportando mucho a nivel de economía local. Da trabajo a 200 familias y creo que el siguiente paso es venir y ayudar a la economía local, que sea una cadena, que todos nos ayudemos entre todos, concluye Claudia”.

Eduardo agrega de forma similar: “Vengan a la Ciudad de México y recorran colonias que son clásicas. Trás el sismo, necesitamos que vengan, reactivemos esta ciudad, la ciudad vive y con más fuerza para todos”.

Y no dudamos que así sea, porque las personas que la habitan y la visitan, son justo quienes le inyectan vida.

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